Periostitis tibial.
Periostitis tibial. ¿Qué es?
La periostitis tibial, como bien indica la palabra por su
sufijo significa inflamación, por tanto cuando vemos en un informe que tenemos
diagnosticada una periostitis tibial quiere decir inflamación del periostio.
¿Por qué puede aparecer la periostitis tibial en una
persona?
Exactamente no se puede decir el caso concreto porque puede
aparecer una periostitis tibial en una persona, pero sí que se han analizado
distintos puntos o circunstancias que si que pueden dar lugar a una periostitis
tibial.
La más común de todas son los micro impactos continuados que
podemos sufrir en la articulación del pie, la onda de impacto sube por la
articulación del pie hacia la tibia, por el cual puede llegar a producirse la
periostitis tibial.
Sobre compresión de los músculos sobre la tibia.
Un sobre peso que ayude indirectamente a alguno de los
anteriores puntos antes mencionados.
Restricciones de movilidad de la articulación del pie, que
ayuden a la compresión o sobretensión del músculo y a evitar la absorción
gradual de los impactos.
Síntomas
El síntoma más característico es el dolor en la cara antero
interna de la pierna, en la zona de la tibia. Se pueden distinguir claramente
dos zonas: en los 2/3 inferiores del borde antero interno de la tibia, donde se
insertan los músculos tibial posterior, flexor común de los dedos y sóleo; y en
el 1/3 superior de la tibia, en el borde antero externo, donde se inserta el
tibial anterior., siendo éste la manifestación más frecuente de la periostitis.
El dolor aparece al iniciar la actividad física y disminuye
tras un corto período de calentamiento. Sin embargo, vuelve a aparecer con más
intensidad cuando se lleva un tiempo corriendo. El corredor experimenta una
sensación de dolor o quemazón en la zona afectada. Este dolor va atenuándose
progresivamente si se permanece unos días en reposo y reaparece al reiniciar el
paciente a la actividad deportiva.
En la exploración que realizamos en la clínica se manifiesta
un dolor vivo a la palpación, calor local y tumefacción. Además, la palpación
permite descubrir un punto doloroso específico o una superficie ósea dolorosa e
irregular. Es posible palpar como unas bolitas inflamatorias a lo largo de la
tibia, que recibe el nombre de Rosario Perióstico.
Tratamiento
Como un gran número de lesiones, el tratamiento de la
periostitis ha de ser ante todo preventivo. No obstante, una vez instaurada
debemos tratarla en profundidad con el fin de evitar recaídas. En ocasiones, es
necesario un cambio de deporte o la variación del ritmo de trabajo, y esto es
suficiente para que desaparezca la lesión. En un primer momento, el tratamiento
consistirá en medidas conservadoras como el uso de hielo a nivel local, lo que
evitará el dolor, el hematoma y la inflamación. Se deben hacer masajes con
hielo durante los primeros 3-7 días.
Como osteópatas nuestra intención será corregir los factores
que han provocado la periostitis. Primero realizaremos una exploración completa
y posteriormente, mediante terapia manual y manipulaciones, el tratamiento.
Debemos de buscar y corregir retracciones musculares, una diferencia en la
longitud de las extremidades inferiores, un pie plano valgo o pie cavo y
contraído, torsiones tibiales, pronación excesiva del pie, genu valgo (rodillas
en X), etc…
En clínica también realizamos un vendaje funcional de la
pierna para mayor comodidad al realizar las actividades de la vida diaria. En
ocasiones podemos ayudarnos del vendaje neuromuscular o kinesiotape como parte
del tratamiento de la lesión. En el período agudo puede ser recomendable el uso
de taloneras de silicona amortiguadoras para limitar la transmisión de choques
a la tibia. Localmente, disponemos de herramientas como los ultrasonidos o la
electroestimulación, enfocados ambos a la disminución de la inflamación y el
dolor.
Además del tratamiento, tenemos que proporcionarle al
paciente un plan de entrenamiento alternativo a su deporte habitual para evitar
recaídas. En el caso de corredores podríamos recomendar natación, ciclismo o
remo, por ejemplo.
Por tanto, podríamos diferenciar el tratamiento en varias
fases:
1- Primeras 48-72
horas: Crioterapia cada 3-4 horas (aplicación de frío) y reposo deportivo total
2- A partir de las
72 horas: inicio del tratamiento de osteopatía. Masaje transversal tipo Cyriax,
movilizaciones y estiramientos suaves, aplicación de Ultrasonidos en modo
pulsante, masaje descontracturante.
3- Cuando el dolor
haya remitido, iniciaremos la fase de
recuperación de la fuerza-potencia-resistencia y flexibilidad de los
músculos y tendones afectados en la extremidad inferior. En esta fase también
trabajaremos la propiocepción
Después de los tratamientos efectuados, la vuelta a la
carrera será, como es lógico, progresiva. Lo ideal es hacerla después de
revisar el calzado que utilizamos y el nivel de las sesiones de entrenamiento
previstas. Un podólogo cualificado puede realizar un estudio de la pisada y un
análisis de carrera.
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