viernes, 20 de enero de 2017

Periostitis Tibial



Periostitis tibial.

Periostitis tibial. ¿Qué es?
La periostitis tibial, como bien indica la palabra por su sufijo significa inflamación, por tanto cuando vemos en un informe que tenemos diagnosticada una periostitis tibial quiere decir inflamación del periostio.

¿Por qué puede aparecer la periostitis tibial en una persona?
Exactamente no se puede decir el caso concreto porque puede aparecer una periostitis tibial en una persona, pero sí que se han analizado distintos puntos o circunstancias que si que pueden dar lugar a una periostitis tibial.
La más común de todas son los micro impactos continuados que podemos sufrir en la articulación del pie, la onda de impacto sube por la articulación del pie hacia la tibia, por el cual puede llegar a producirse la periostitis tibial.
Sobre compresión de los músculos sobre la tibia.
Un sobre peso que ayude indirectamente a alguno de los anteriores puntos antes mencionados.
Restricciones de movilidad de la articulación del pie, que ayuden a la compresión o sobretensión del músculo y a evitar la absorción gradual de los impactos.

Síntomas
El síntoma más característico es el dolor en la cara antero interna de la pierna, en la zona de la tibia. Se pueden distinguir claramente dos zonas: en los 2/3 inferiores del borde antero interno de la tibia, donde se insertan los músculos tibial posterior, flexor común de los dedos y sóleo; y en el 1/3 superior de la tibia, en el borde antero externo, donde se inserta el tibial anterior., siendo éste la manifestación más frecuente de la periostitis.
El dolor aparece al iniciar la actividad física y disminuye tras un corto período de calentamiento. Sin embargo, vuelve a aparecer con más intensidad cuando se lleva un tiempo corriendo. El corredor experimenta una sensación de dolor o quemazón en la zona afectada. Este dolor va atenuándose progresivamente si se permanece unos días en reposo y reaparece al reiniciar el paciente a la actividad deportiva.
En la exploración que realizamos en la clínica se manifiesta un dolor vivo a la palpación, calor local y tumefacción. Además, la palpación permite descubrir un punto doloroso específico o una superficie ósea dolorosa e irregular. Es posible palpar como unas bolitas inflamatorias a lo largo de la tibia, que recibe el nombre de Rosario Perióstico.
 
Tratamiento
Como un gran número de lesiones, el tratamiento de la periostitis ha de ser ante todo preventivo. No obstante, una vez instaurada debemos tratarla en profundidad con el fin de evitar recaídas. En ocasiones, es necesario un cambio de deporte o la variación del ritmo de trabajo, y esto es suficiente para que desaparezca la lesión. En un primer momento, el tratamiento consistirá en medidas conservadoras como el uso de hielo a nivel local, lo que evitará el dolor, el hematoma y la inflamación. Se deben hacer masajes con hielo durante los primeros 3-7 días.
Como osteópatas nuestra intención será corregir los factores que han provocado la periostitis. Primero realizaremos una exploración completa y posteriormente, mediante terapia manual y manipulaciones, el tratamiento. Debemos de buscar y corregir retracciones musculares, una diferencia en la longitud de las extremidades inferiores, un pie plano valgo o pie cavo y contraído, torsiones tibiales, pronación excesiva del pie, genu valgo (rodillas en X), etc…
En clínica también realizamos un vendaje funcional de la pierna para mayor comodidad al realizar las actividades de la vida diaria. En ocasiones podemos ayudarnos del vendaje neuromuscular o kinesiotape como parte del tratamiento de la lesión. En el período agudo puede ser recomendable el uso de taloneras de silicona amortiguadoras para limitar la transmisión de choques a la tibia. Localmente, disponemos de herramientas como los ultrasonidos o la electroestimulación, enfocados ambos a la disminución de la inflamación y el dolor.


Además del tratamiento, tenemos que proporcionarle al paciente un plan de entrenamiento alternativo a su deporte habitual para evitar recaídas. En el caso de corredores podríamos recomendar natación, ciclismo o remo, por ejemplo.

Por tanto, podríamos diferenciar el tratamiento en varias fases:

1-    Primeras 48-72 horas: Crioterapia cada 3-4 horas (aplicación de frío) y reposo deportivo total
2-    A partir de las 72 horas: inicio del tratamiento de osteopatía. Masaje transversal tipo Cyriax, movilizaciones y estiramientos suaves, aplicación de Ultrasonidos en modo pulsante, masaje descontracturante.
3-    Cuando el dolor haya remitido, iniciaremos la fase de  recuperación de la fuerza-potencia-resistencia y flexibilidad de los músculos y tendones afectados en la extremidad inferior. En esta fase también trabajaremos la propiocepción

Después de los tratamientos efectuados, la vuelta a la carrera será, como es lógico, progresiva. Lo ideal es hacerla después de revisar el calzado que utilizamos y el nivel de las sesiones de entrenamiento previstas. Un podólogo cualificado puede realizar un estudio de la pisada y un análisis de carrera.

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