miércoles, 10 de agosto de 2016

Edema Oseo

Hola a todos, en la entrada de hoy me gustaría hablar de una lesión que llevo sufriendo desde hace unos meses y que es más común de lo que creemos. Hablo del temido Edema Oseo.
Un edema óseo es el resultado de una acumulación de fluidos inflamatorios en el interior de un hueso. Puesto que en el hueso, existen una gran cantidad vasos sanguíneos, generalmente la acumulación de líquido se debe a un traumatismo importante, que rompe estos vasos internos y provoca un sangrado dentro del hueso.
Así pues el edema óseo sería una especie de moratón o cardenal en el interior de un hueso.
Aunque la causa suele ser un gran traumatismo, el edema óseo también puede ser provocado por microtraumatismos (impactos repetitivos), tan asociados a la carrera a pie, ya que impactamos alrededor de 8.000 veces contra el suelo en una carrera de 10 kilómetros.
Las localizaciones más frecuentes de los edemas óseos en corredores suele ser en el calcáneo, astrágalo o metatarsianos del pie, o en la rodilla. Cuando el propio hueso (o sus células, los osteoblastos), no consiguen reparar las consecuencias de esa acumulación de líquidos en su interior, es posible que se produzca una lesión en el exterior del hueso, y desgraciadamente este es el primer paso para sufrir una temida fractura de estrés.
La sintomatología del edema óseo corresponde con un dolor localizado en el hueso en cuestión que se agudiza al correr, mientras que disminuye con el reposo. Si la lesión no es tratada convenientemente, el dolor puede manifestarse también en reposo, llegando a dificultar la marcha normal de la persona. Para diagnosticarlo, decir que el edema óseo no es visible en una radiografía normal, por lo que será necesaria una resonancia magnética para ver la lesión.

¿Y como tratamos el edema óseo?


Bueno, aquí es donde os empezamos a decepcionar, como personas, y como amigos del running, ya que os debemos recomendar reposo …. ese gran desconocido y enemigo de los corredores. El periodo de recuperación variará entre 4 y 6 semanas, dependiendo de la zona afectada y de la extensión de la lesión. A partir de las 2-3 semanas se puede empezar a hacer ejercicio sin carga, por ejemplo con la cinta de correr o bicicleta estática. También podría ser interesante para aplacar vuestro síndrome de abstinencia runner practicar algo de aquarunning.


Otras terapias que pueden ser efectivas, a la vez que caras, es la bioestimulación mediante láser o la magnetoterapia, que tendrán como reabsorber el edema y normalizar el estado del hueso. En algunas ocasiones, si el edema es detectado de forma precoz (lo que raramente sucederá si no somos deportistas de elite), una opción sería la de vaciar ese edema, pinchando el hueso y extrayendo la sangre cumulada, pero esto debería hacerse en las primeras horas, antes de que la sangre se haya coagulado.
Espero que no os lesionéis con un edema óseo, y si lo hacéis por favor, reposad lo que os recomienden, ya que el siguiente paso es la fractura de estrés y ahí si que vais a tener que estar parados sí o sí.  

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